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sábado, 26 de julio de 2014

The Clinic

Hola.

Creo que de las 38 entradas de vida que lleva este blog (39 con esta) son contadas con los dedos de una mano en las que se como partir a escribir y bueno, creo que esta es una de esas, porque al fin lo sé, y si, no podría sentirme más feliz al respecto, ya que después de muuuuuucho tiempo lo puedo decir:
¡¡¡ ESTOY DE VACACIONES !!!

No sé si a alguien le interesa, ni tampoco si sea "tan" importante, pero después del semestre más terrible de mi vida, para mi es el equivalente académico de ganarse el kino (aunque no me de dinero, sea solo una semana y ni siquiera sepamos aún las notas... pero bueno, son solo detalles), entonces, teniendo aún una lista de cosas en la "lista de pendientes" pensé, si he procrastinado todo eso por meses... ¿hará tanto mal un par de días más? ...no lo creo.


"THE CLINIC"

El gran lobo del que todos los "pedritos" de la carrera te hablan desde el mechoneo hasta segundo semestre de cuarto año, el que inspira miedo y que los constantes ramos reprobados cada semestre hacen parecer como la mentira más grande porque aunque mucho se anuncia, parece nunca llegar... pero, ¿les digo algo?, inevitablemente el grito de los pedritos deja solo de ser un grito... porque llega.


Clínica Jurídica Formativa es su nombre oficial, y si bien eso es lo que decíamos todos en nuestros escritos, a nuestros amigos y familiares, si lo tuviéramos que rebautizar, probablemente le pondríamos algo así como "el purgatorio", ya que es allí y solo allí donde se pagan todos los pecados académicos, personales y existenciales de veintitantos años de vida. 


Un incierto número de personas, tres abogados tutores, una secretaría, un director, un par de regalos heredados de los que pasaron antes que tu, la cosecha nueva de patrocinados y un quintillón de escritos son los ingredientes para crear la experiencia más HXC que puede existir en el universo universitario, pero alto... ¿podría empeorar? ¡ por supuesto ! ...podrías además de todo eso, tener la malla de quinto año completa, los 5 exámenes en 3 semanas y la infernal marca del "en situación de egreso" en la frente. Se los digo, es hermoso... simplemente hermoso.

Fueron casi cinco meses de dormir un aproximado de 4-5 horas al día, en que los marcadores de "favoritos" en mi navegador eran todas las variantes de sistemas de tramitación legal que existen, de los que apenas vi un par de veces a mis amigos fuera de la universidad, en lo que comí bueno y poco, o mucho y mal, donde marqué el bello color violeta permanente abajo de los ojos por las ojeras y en los que acumulé más garabatos diarios de los que yo mismo pensé que podía decir y aún así, si me pongo a pensarlo... no encuentro que todo haya sido tan terrible.

Los primeros dos meses fueron lo peor, tenía que vestirme formal al menos dos veces a la semana, llegar temprano y con la cara llena de risa (porque si algo me enseñó la vida de persona grande, es que cuando se trata en un "ámbito laboral" con otros seres, el "cómo estabas" importa un rábano a la hora de dar excusas para justificarse), estar literalmente solo -sin mis amigos de siempre-, tratar con gente a la que nunca había saludado, jamás había visto en mi vida o derechamente me desagradaba un poco, tener un poco de frío, un poco de hambre y un montón de ganas de salir corriendo cada vez que tenía que preguntar por algo que desconocía, que ¡ oye ! ...era casi todo.

Mayo fue el mes que le empezó a cambiar la cara a las cosas, ya que como supongo alguien muy sabio dijo una vez "el tiempo lo arregla todo". La gente desconocida ya se había echo algo más cotidiana, las cosas que no sabía ya no eran tan marcianas para mi cerebro, habíamos descubierto la existencia de las estufas y muy de a poco, el hecho de verse en las mañanas recién bañado con un traje y camisa, se aceptaba como parte de una muy cruel rutina.

Junio y Julio fueron el climax de la combinación: "lo peor de la universidad y lo mejor de la clínica" porque mientras por un lado lloraba sangre estudiando algunos días LITERALMENTE toda la tarde para no tener rojos y pasar todos los exámenes, por el otro y después de mucho tiempo, me sentía cómodo yendo a esa casa antigua llena de gente con problemas y causales de reprobación, porque extrañamente tras cuatro meses de convivencia... la gente ya no era extraña, las mañanas eran un momento para ayudarse con problemas y subirle el ánimo al que le tocara llevarse el reto del día, el segundo piso se convirtió en el hogar común de unos cuantos y esos mismos cuantos se transformaron en un grupito que se subía el ánimo a punta de chistes crueles, historias raras, episodios confesionales y los playlist más heterogeneos del universo.

Finalmente podría quejarme, ponerme a llorar por todas las cosas que me hicieron pasar malos ratos, hablar las veces que miraba el camino de la alameda hacia río meditando el irme o no a tirar del puente o simplemente desclasificar todos esos focus group que alguna vez hicimos para sentirnos un poco menos llenos de odio, pero honestamente... eso sería algo ridículo, ¿por qué? porque para bien o para mal, pese a todo lo que pasó o pudo pasar, fue una experiencia que nos sirvió en más de algún sentido. 

Termino diciendo que lo más memorable y lo que hace que todo valga la pena, es haber terminado esta semana con un montón de gente en las mismas, todos contentos por haber entregado carpetas y cerrar la puerta por fuera con al menos, no una mala noticia instantánea, ser capaces de organizarse  aún con mil planes fallidos y haberlo pasado la raja tanto en los ratitos de no-histeria colectiva del semestre, como en el ·reventoncito de último día, y añadiendo personalmente... el haber conocido gente rescatable y limpiar la mala sangre innecesaria que tontamente existía.



Con todo eso dicho, procederé a terminar mi primera entrada en libertad desde los tiempos del verano, sin horarios, "cosas que hacer", preocupación de plazos o esa culpa rara que da cuando eres un ser humano con responsabilidades. Pondré la canción como siempre aclarando dos cosas: hay un trillón de canciones tal vez mejores para elegir y probablemente esta no me represente al máximo -título de la canción- porque claramente el día que salí no fue el mejor día de mi vida (aunque si ha sido de esos MUY felices), pero la pongo porque desde incluso antes de entrar, allá como por febrero, cuando estaba en nuestro soundtrack veraniego y yo sentía ganas de vomitar de solo pensar en lo que se venía, la escuchaba y decía "si llego a sobrevivir esos 5 meses y salir en buenas condiciones sería tan feliz que hasta ésta canción cantaría por el centro" y si pues, milagrosamente  eso pasó, entonces ahora... un semestre después, no puedo si no recordar con mucha risa ese momento y hacerle un honor, así que dejándolas le diré adiós.


Hasta cuando tenga que ser...

PS: en esto del proyecto fotográfico le he tomado cariño a sacar fotos más seguidos, así que todas las publicadas son reales y personales. Ojalá si por abc motivos alguno de mis compañeros llega a este lugar, no se enoje por no respetar su "derecho a la propia imagen" y todas esas cosas profundas de los derechos fundamentales.

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