Hasta que llegó el día, oficialmente es 28 de febrero, último día del mes y sicológicamente último día del verano también. Desde mañana todo cambia, se empieza a leer en los estados de facebook, tweets y demases: la gente está entrando a clases. Llueven comerciales de uniformes, cambia la programación de la televisión e inevitablemente terminas sacando las cuenta exacta de cuantos segundos te quedan antes de pisar suelos universitarios o colegiales, porque si amigos... así es como se siente la vida cuando llega marzo.
Entonces, ¿de qué hablar (entendiéndose por hablar, escribir)? bueno... como podrán suponer, al no encontrarme yo en el 0.0000000000001% de la población que tiene tanta tanta plata como para pasar la vida en un trono comiendo papas fritas hasta morir, me someto a las reglas del mundo y eso es, estudiar.
Así que meditando y meditando pensé... siendo mi carrera tan "pintoresca", estando formalmente en el último año y sintiendo todo este mix de dolores estomacales de no querer entrar y a la vez querer salir luego, concluí y me dije que sería buena idea hablar sobre ello, así si alguien la estudia, quiere estudiarlo o tiene curiosidad, esto podría servir como lugar común para odiarlo, pensarlo o simplemente reírse. Así que eso, empecemos...
Nunca les ha pasado que hacen algo o llevan años haciéndolo y de repente un día se preguntan, ¿por qué empecé con esto?
Si es así o se hacen esa pregunta de vez en cuando y les asusta cuestionarse, no tienen de qué preocuparse porque... ¿han escuchado esa regla de "siempre hay alguien peor que uno"? bueno, les diré que si hay algún lugar en que al menos escuchas esa pregunta 3 veces al día, ese lugar es mi facultad de derecho.