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lunes, 25 de julio de 2016

Marzo

Hola.

Esta es la segunda entrada seguida que escribo en un momento no agradable, ojalá no se convierta en costumbre, sería una muy triste.

Me dio pena dejar otro mes con una sola entrada, así que me obligué a poner mis esfuerzos en dejar otra. Además, algo dentro de mi siente la necesidad de avanzar rápido con el calendario de meses, no sé, es una sensación rara y no me gusta sentirla, así que prefiero hacerle caso antes de cuestionarla y seguirla sintiendo.


"MARZO"


Marzo fue un gran mes, vaya que gran mes que fue. Recuerdo los grados de calor bajar, las salidas fuera de la corporación aumentar, esa sensación quinceañera en el estómago de planificar los días para hacerle tiempo al calendario y las constantes ansias de disimularlo al máximo (dentro de lo posible), en momentos como hoy, es donde más extraño meses como Marzo.


Comienzos: Si hubo algún periodo en que creo mi cuerpo dejó de recibir el oxígeno mínimo y necesario para subsistir, este debió ser en los primeros días de Marzo. Corría hacía allá, caminaba de vuelta, volaba con el pelo mojado por el transporte público y dejaba mi casa en situación de caos todas las mañanas mientras movía papeles con mi mochila colgando del codo mientras me ponía zapatos y me dirigía a la puerta. Se habían acabado las vacaciones -ese era el problema-, entonces los niños que cambiaron los trajes de baño por pantalones grises y los señores que de las chalas pasaron a los zapatos negros hacían que todas esas calles vacías y colectivos desocupados que hasta hace nada disfrutaba, ahora ya no existieran y me maldecían llegar casi al margen de lo insalvable a todas mis audiencias. 

Mediados: Este fue el mejor tiempo, recuerdo estaba estresado -aunque siendo honesto, yo siempre estoy estresado-, pero ya había tomado el ritmo y esa adrenalina hacía que fuera menos tedioso tener que despertar temprano los días de semana. Con mis compañeros estaba un poco apenado, en febrero se habían ido los más divertidos para compartir y ahora en este, se irían con los que me sentía más cercano (La Pachi y el Oscar se iban en abril, pero a ellos ya los conocía antes de entrar), tenía esa sensación de vacío en el estómago de cuando sabes que va a pasar algo malo, pero no puedes hacer mucho para evitarlo, así que frente a eso, decidí que era mejor aceptarlo y tratar de ser lo más cariñoso y amable posible con quienes dejaría de ver seguido, cosa que resultó bastante bien, ya que siendo casi fin de Julio, aún los veo con mucha regularidad.

Foto del viernes pre-lollapalooza
y mis mil audiencias.
En el otro aspecto de mi vida, se acercaba una fecha importante (que en verdad solo aquí empezó a ser importante), me acuerdo de mentirle a mi mamá e inventarle un plan que significara estar dos medios días fuera de la casa, funcionó. Estaba nervioso e iba en el trayecto como niñito en el furgón escolar la primera mañana de clases, no entraré en detalles de como fue o qué fue o pasó, porque esos solo me sirven a mi. Pero basta con que de ahí en adelante, siempre me acordaría y acordaré de ese día.

Finales: Mis compañeros ya se habían ido y ahora solo estaban en sus papeleos, yo por otro lado, veía a la pachi y el oscar ponerse nerviosos porque se venían sus últimas audiencias y días de atención y sentía el peso de quedarme solo con gente que me caía bien, pero que no era lo mismo, entonces sentí ese vacío de nuevo. Por otro lado, los días martes se volvieron mis salvavidas, eran LA vez en que era feliz dentro de la semana. Los lunes los sufría enteros para hacerme espacio, pero llegada la última audiencia del segundo día hábil, corría contentísimo a mi casa pensando en bañarme -a veces- por segunda vez y elegir que ponerme para salir, era terapéutico, colegial y casi místico lo mucho que se me olvidaba en lo que estaba, al menos por esos pares de horas. 

Punto a parte para el segundo mejor fin de semana del año, el cual sucedió el mismo mes, pues amigos, después de 6/7 años esperando se concretara: al fin llegó el día en que vería en vivo a Florence + the Machine.

El fin de semana del lollapalooza fue toda una hazaña, con casi nada de antelación me había comunicado con la Andrea, quien de la nada me preguntó si me quería quedar con ella (mejor noticia en el mundo pues no tenía donde), hice las gestiones necesarias, delegué mis audiencias del día lunes y adelanté las interrogaciones del viernes. Así, me encaminé a Santiago el mismísimo dieciocho a penas salí de mi último juicio. Llegué y me esperaba en el metro (supiera lo mucho que la quiero y no solo por aceptarme en tu casa), caminamos, descansamos, salimos de nuevo, vitrineamos, hablamos, comimos, comimos y volvimos a comer. Al otro día comí solo porque tenía que hacerlo, me vestí como jamás me hubiera vestido en mi pueblo, conocí a su pololo y me fui.

Día uno: Llegué y estaba solo, todos los años andaba con grupos de gente, ya que hacíamos masa o nos separábamos y volvíamos al final, pero este año ningún conocido o amigo en serio iba, entonces estaba solo. Ahora que lo pienso fue lo mejor, era liberador poder ir a cualquier parte, cambiarse de show en la mitad o avanzar hasta el frente de la reja cuando me placía y sin pensar "mejor no, a ella/el/ellos les puede dar lata avanzar", vi muchas bandas, vi a quienes quería de donde quise, después, algo destruido y algo emocionado por haber rapeado sin dignidad al ritmo de Eminem me devolví al departamento, caminé rápido las cuadras que me dieron miedo y llegué a contar mi vida.

Ella es la andre y nos separaron
en el hospital de Talca
Día dos: Hoy debía estar más temprano, la noche anterior la Andre me había mostrado muchos vídeos de Twenty One Pilots y se había reforzado mi plan inicial de verlos, me costaba moverme del dolor, pero un par de risas matutinas y un almuerzo de casa lo arreglaron todo. Caminé de nuevo al parque y estaba vez ya había aprendido mejor los trucos, sufrí un "crush" con la onda de los Twenty One Pilots y me sentí el zorrón más inadaptado viendo a Odesza, ¿pero qué iba a hacer? si me gustaban. En eso, noté que se acercaba el momento, gasté por primera vez dinero en comida del festival -me dolió hasta el esternón hacerlo-, me senté a la sombra y poco después me encaminé, estaba cantando alguien a quien no recuerdo, pero cuando terminó me metí entre la gente y llegué "un poco" adelante... al menos veía la reja. Una hora de espera sentado en el cemento caliente mirando piernas extrañas, saqué mi cámara y vi las fotos... había que entretenerse en algo. Venía Noel Gallagher y a mi no me gustaba mucho, salvo una canción que el Karlos (un saludo por si alguna vez lees esto) me pegó hace siglos, pero como hace un año había chocado con Oasis, tenía mis esperanzas puestas en que tocara las que yo conocía del único disco que les descargué. Poco antes de que saliera, un niño se pegó mirándome, era alto y con cara de nada, pero esa cara de nada que es como timidez, entonces pensé que a lo mejor donde me veía solo quería hablarme pero no se atrevía, yo estaba aburrido y quería ahorrar batería, pero justo antes de hablarle me habló a mi una niña -había visto flores en mi mochila y preguntó por ellas- le dije que era una corona y casi triunfante dijo "¡lo sabía!" le conté que era por Florence y una manda que hice si venía. Hablamos todo el antes, durante y después de Noel (al final cantó más oasis y también la canción de su nueva banda que conocía y me gustaba "If I Had a Gun..." lo encontré buenísimo), se unió un niño Brasileño que no hablaba mucho español, pero había hecho migas con la niña, yo como había visto cada serie gringa del mundo cachaba inglés y sabía hablarlo, entonces por una hora fui traductor de los dos y se sintió bello, así... pasó el tiempo hasta el momento. Era tarde y sentía el corazón en la boca, sonó What the Water Gave Me y perdí toda mi mierda.Grité, salté y estoy seguro que deje de respirar por al menos tres minutos seguidos. El sueño se estaba cumpliendo y era tan feliz, no lo podía creer, el post-noel me había hecho llegar casi al frente y mejor aún, ser la primera persona en la reja lateral, las canciones avanzaban y todos estaban en éxtasis, yo miraba al niño brasileño y pensaba en lo ridículo que me debía ver con una corona de flores blancas en la cabeza y una polera de baseball con shorts caqui, pero era Florence, estaba en Santiago y probablemente jamás volvería a ver a las personas que ese día me vieron. Avanzó el setlist y llegó Rabbit Heart-aquí estaba mi prueba-, yo sé que en esta canción ella suele bajarse, pues como buen calcetinero, he visto muchos conciertos y festivales y sé que lo hace... ¡sorpresa! LO HIZO.

Foto random de la mejor cita
post-lollapalooza
La gente se volvió loca y yo quedé petrificado al verla pasar a menos de dos metros de mi nariz, agarré mi cámara mientras estaba en el fondo y a penas escuché los primeros gritos apreté el disparador sin mirar nada hasta que la vi cerca y seguí y seguí hasta que creo haber sentido su mano tocar la mía. Había muerto. Si, al otro día desperté y seguí haciéndolo hasta hoy, pero juro que una parte de mi se murió de un infarto en ese momento. Pasaron más canciones, finales falsos y las últimas, yo lloré un poquito porque no me aguanté y fui el hombre más feliz del planeta. Terminé muerto y más feliz que nunca, resulta que el gran día que tanto esperé ya había pasado y esa sensación de iglesia mística que siempre pensé ella hacía sentir cuando actuaba, se quedó conmigo para revivir cada vez que sale en mi mp4.

Con eso termino mi entrada, ya no me siento tan mal como lo hacía cuando empecé, aunque no sé si eso es una buena señal, porque anoche encontré un blog que me hizo pensar mucho y eso, sumado a como se han ido dando las cosas últimamente  más el hecho de que estoy en plena crisis de pre-cumpleaños, me hacen asustarme de mi mismo a veces.

Como sea, espero volver acá luego, pero no con estas vibras. Claramente la canción que les dejaré una canción de Florence porque no puede ser de otra forma y es más, les dejaré dos. Una, la que más me dañó y marcó en su concierto y Dos, la que no tocó y me dañará hasta el final de mis días por no haberla escuchado en vivo, porque además, era para la que hubiera llamado a quien quería llamar si la tocaba. En fin, me retiro, hasta cuando tenga que ser...




La del concierto: Porque pese a ser una canción épica, nunca fue de mis favoritas, pero en ese momento y en el bridge de la canción, hizo que cada puta cosa que me había pasado en el último tiempo me hiciera sentido y me provocará esas ganas de libertad absoluta y libre de culpas.




La que no cantó en el concierto: Por según yo, es de los más grandes y mejores himnos al amor sufriente y verdadero, ese que te duele sentir y hace que cada cosa se siente ocho mil veces más fuertes, además -de nuevo- en el bridge, creo que se encuentra la más pura y bonita declaración de amor de la historia y es aquella, en la que siempre pienso cuando a veces peleo cuestionándome por las cosas que siento.

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