Esta es la segunda entrada seguida que escribo en un momento no agradable, ojalá no se convierta en costumbre, sería una muy triste.
Me dio pena dejar otro mes con una sola entrada, así que me obligué a poner mis esfuerzos en dejar otra. Además, algo dentro de mi siente la necesidad de avanzar rápido con el calendario de meses, no sé, es una sensación rara y no me gusta sentirla, así que prefiero hacerle caso antes de cuestionarla y seguirla sintiendo.
"MARZO"
Marzo fue un gran mes, vaya que gran mes que fue. Recuerdo los grados de calor bajar, las salidas fuera de la corporación aumentar, esa sensación quinceañera en el estómago de planificar los días para hacerle tiempo al calendario y las constantes ansias de disimularlo al máximo (dentro de lo posible), en momentos como hoy, es donde más extraño meses como Marzo.
Comienzos: Si hubo algún periodo en que creo mi cuerpo dejó de recibir el oxígeno mínimo y necesario para subsistir, este debió ser en los primeros días de Marzo. Corría hacía allá, caminaba de vuelta, volaba con el pelo mojado por el transporte público y dejaba mi casa en situación de caos todas las mañanas mientras movía papeles con mi mochila colgando del codo mientras me ponía zapatos y me dirigía a la puerta. Se habían acabado las vacaciones -ese era el problema-, entonces los niños que cambiaron los trajes de baño por pantalones grises y los señores que de las chalas pasaron a los zapatos negros hacían que todas esas calles vacías y colectivos desocupados que hasta hace nada disfrutaba, ahora ya no existieran y me maldecían llegar casi al margen de lo insalvable a todas mis audiencias.
Mediados: Este fue el mejor tiempo, recuerdo estaba estresado -aunque siendo honesto, yo siempre estoy estresado-, pero ya había tomado el ritmo y esa adrenalina hacía que fuera menos tedioso tener que despertar temprano los días de semana. Con mis compañeros estaba un poco apenado, en febrero se habían ido los más divertidos para compartir y ahora en este, se irían con los que me sentía más cercano (La Pachi y el Oscar se iban en abril, pero a ellos ya los conocía antes de entrar), tenía esa sensación de vacío en el estómago de cuando sabes que va a pasar algo malo, pero no puedes hacer mucho para evitarlo, así que frente a eso, decidí que era mejor aceptarlo y tratar de ser lo más cariñoso y amable posible con quienes dejaría de ver seguido, cosa que resultó bastante bien, ya que siendo casi fin de Julio, aún los veo con mucha regularidad.
Foto del viernes pre-lollapalooza y mis mil audiencias. |
Finales: Mis compañeros ya se habían ido y ahora solo estaban en sus papeleos, yo por otro lado, veía a la pachi y el oscar ponerse nerviosos porque se venían sus últimas audiencias y días de atención y sentía el peso de quedarme solo con gente que me caía bien, pero que no era lo mismo, entonces sentí ese vacío de nuevo. Por otro lado, los días martes se volvieron mis salvavidas, eran LA vez en que era feliz dentro de la semana. Los lunes los sufría enteros para hacerme espacio, pero llegada la última audiencia del segundo día hábil, corría contentísimo a mi casa pensando en bañarme -a veces- por segunda vez y elegir que ponerme para salir, era terapéutico, colegial y casi místico lo mucho que se me olvidaba en lo que estaba, al menos por esos pares de horas.
Punto a parte para el segundo mejor fin de semana del año, el cual sucedió el mismo mes, pues amigos, después de 6/7 años esperando se concretara: al fin llegó el día en que vería en vivo a Florence + the Machine.
El fin de semana del lollapalooza fue toda una hazaña, con casi nada de antelación me había comunicado con la Andrea, quien de la nada me preguntó si me quería quedar con ella (mejor noticia en el mundo pues no tenía donde), hice las gestiones necesarias, delegué mis audiencias del día lunes y adelanté las interrogaciones del viernes. Así, me encaminé a Santiago el mismísimo dieciocho a penas salí de mi último juicio. Llegué y me esperaba en el metro (supiera lo mucho que la quiero y no solo por aceptarme en tu casa), caminamos, descansamos, salimos de nuevo, vitrineamos, hablamos, comimos, comimos y volvimos a comer. Al otro día comí solo porque tenía que hacerlo, me vestí como jamás me hubiera vestido en mi pueblo, conocí a su pololo y me fui.
Día uno: Llegué y estaba solo, todos los años andaba con grupos de gente, ya que hacíamos masa o nos separábamos y volvíamos al final, pero este año ningún conocido o amigo en serio iba, entonces estaba solo. Ahora que lo pienso fue lo mejor, era liberador poder ir a cualquier parte, cambiarse de show en la mitad o avanzar hasta el frente de la reja cuando me placía y sin pensar "mejor no, a ella/el/ellos les puede dar lata avanzar", vi muchas bandas, vi a quienes quería de donde quise, después, algo destruido y algo emocionado por haber rapeado sin dignidad al ritmo de Eminem me devolví al departamento, caminé rápido las cuadras que me dieron miedo y llegué a contar mi vida.
Día uno: Llegué y estaba solo, todos los años andaba con grupos de gente, ya que hacíamos masa o nos separábamos y volvíamos al final, pero este año ningún conocido o amigo en serio iba, entonces estaba solo. Ahora que lo pienso fue lo mejor, era liberador poder ir a cualquier parte, cambiarse de show en la mitad o avanzar hasta el frente de la reja cuando me placía y sin pensar "mejor no, a ella/el/ellos les puede dar lata avanzar", vi muchas bandas, vi a quienes quería de donde quise, después, algo destruido y algo emocionado por haber rapeado sin dignidad al ritmo de Eminem me devolví al departamento, caminé rápido las cuadras que me dieron miedo y llegué a contar mi vida.
Ella es la andre y nos separaron en el hospital de Talca |
Foto random de la mejor cita post-lollapalooza |
Con eso termino mi entrada, ya no me siento tan mal como lo hacía cuando empecé, aunque no sé si eso es una buena señal, porque anoche encontré un blog que me hizo pensar mucho y eso, sumado a como se han ido dando las cosas últimamente más el hecho de que estoy en plena crisis de pre-cumpleaños, me hacen asustarme de mi mismo a veces.
Como sea, espero volver acá luego, pero no con estas vibras. Claramente la canción que les dejaré una canción de Florence porque no puede ser de otra forma y es más, les dejaré dos. Una, la que más me dañó y marcó en su concierto y Dos, la que no tocó y me dañará hasta el final de mis días por no haberla escuchado en vivo, porque además, era para la que hubiera llamado a quien quería llamar si la tocaba. En fin, me retiro, hasta cuando tenga que ser...
La del concierto: Porque pese a ser una canción épica, nunca fue de mis favoritas, pero en ese momento y en el bridge de la canción, hizo que cada puta cosa que me había pasado en el último tiempo me hiciera sentido y me provocará esas ganas de libertad absoluta y libre de culpas.
La que no cantó en el concierto: Por según yo, es de los más grandes y mejores himnos al amor sufriente y verdadero, ese que te duele sentir y hace que cada cosa se siente ocho mil veces más fuertes, además -de nuevo- en el bridge, creo que se encuentra la más pura y bonita declaración de amor de la historia y es aquella, en la que siempre pienso cuando a veces peleo cuestionándome por las cosas que siento.
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