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domingo, 31 de diciembre de 2017

Una Carta Para Nosotros (y para cualquiera):

Hola.


Es domingo 31 de Diciembre, son las 18:20 de la tarde, quedan menos de 6 horas para que se tenga que cambiar el calendario y por supuesto yo iba a auto-sabotearme lo suficiente inmerso en la procrastinación como para terminar poniéndome contra el reloj, en la tarea de terminar esta trilogía de cartas en el literal último momento del año.



"Una Carta Para Nosotros (y para todos o cualquiera): Las gracias, las disculpas, la paradoja del rendirse, el fin y el reinicio"



Se supone que hoy habría lluvia, lo avisaron hace casi una semana y cualquier persona en Talca con corazón inviernista lo venía esperando con ansias. Ayer después de llegar del centro, busqué mi chaleco favorito y lo dejé en la silla del escritorio para poder usarlo, ahora son las 18:30 de la tarde, hay nubes como algodón en el cielo celeste como septiembre, el sol le pega directamente a mi pieza y los 29° grados que marca mi aplicación del tiempo se sienten como si fueran tres mil. Supongo que el 2017 hasta el último segundo pretende reírse de mi y yo pretendo dejarlo, porque a menos que de aquí a las doce en mi pronóstico personal aparezca un derrame, infarto o algo por estilo, yo tengo la seguridad que pasadas las 00:00 yo seguiré aquí y él no.

martes, 21 de noviembre de 2017

Una Carta Para Ti:

Hola.

Sé que lo he dicho un millón más uno de veces y es probable que en un futuro lo vuelva a decir, pero de todas las que van hasta el momento, esta es lejos la vez que más lo he sentido: Amigos, no tengo la más mínima idea de como debería empezar a escribir esto...



"Una Carta para Ti: El disco del año, piojos, una conclusión musical, las gracias y el epílogo"




Sé que fue en una serie la primera vez que lo escuché (probablemente one tree hill), y desde esa, se ha ido repitiendo en películas, libros y otras series. Cuando estaba en la universidad a eso de las 10 de la mañana en uno de los múltiples ramos "chaya" formalmente llamados "fundamentales" un profesor me hizo escucharlo en vivo: "Lo quieran o no, todo se trata de amor, amor y desamor, busquen en sus decisiones importantes, las guerras mundiales, el arte, las canciones y las películas, propio o ajeno, cariñoso o romántico, al final todo se trata de amor".

De las cartas que me obligué a escribir, esta desde la idea incluso, siempre fue la más difícil, pues se trataba de un tema que hasta antes de ocurrir, jamás pensé fuera -para mi- posible siquiera.

Me llamo Rodrigo, tengo 26 años, soy Leo, vivo en Talca desde que nací y si bien puede que no lo parezca, encuentro que soy de los más fervientes creyentes en la institución del amor que puede haber, incluso cuando hasta los aproximados 24 años de edad, estaba más que seguro que "eso" iba a ser algo que yo jamás iba a ser capaz de experimentar.

...

Esto pasó hace ya casi medio año, en un día de invierno con sol de esos en los que puedes salir sin chaqueta, pero que no es excusa para apagar las estufas o chimeneas, uno donde yo me vestí de azul y usé mis lentes nuevos, comiste un pedazo de mi primer y único queque (de manzanas) y decidiste que ya no me querías más en tu vida.

jueves, 12 de octubre de 2017

Perspectiva

Hola.

Como yo mismo lo supuse, no fui capaz de aguantarme y pese a que en mi planificación no me agradaba, aquí estoy... escribiendo una entrada intermedia (sin ninguna relación-conexión necesaria con la anterior ni la que venga), empecemos:


"Perspectiva"


Hoy me tocó hacer uno de mis deportes imaginarios favoritos: Caminar muchas cuadra bajo un clima tolerable, escuchando un disco que me gusta mucho e imaginándome en un lugar muy lejos de donde físicamente estaba. ¿La razón? me había juntado a almorzar con dos amigas en el centro pese a tener comida perfectamente consumible en mi casa (porque sinceramente... ¿a quién le gusta comer solo?) y pese a ello, ni diez minutos después de haber terminado, se nos ocurrió ir a la heladería que estaba en esa misma calle a tomar tecito y comer postre, por lo que en alrededor de hora y media de tiempo, entró a mi cuerpo un consomé de pollo, un plato -bizarramente- grande de fetuccini, una bebida, un té y una porción no pequeña de cheesecake de frutos rojos. ¿Consecuencias? la necesidad imperiosa de sentarme media hora al sol para hacer fotosíntesis y que el cuerpo asimilara el consumo, además de un cierto grado de culpa. Con eso en mente, fue que me decidí a venirme caminando a mi casa, unas 30-40 cuadras aproximadas que me ayudarían a tomar algo de vitamina D, aire fresco y unos cuantos temas de mi mp4 en aleatorio. 

Las calles avanzaron, el viento se hizo fuerte y las canciones un poco depresivas, para cuando en mi fuero interno ya estaba iniciando el auto-boicot (me gusta esa palabra, casi nunca la ocupo) me tocó toparme con alguien a quien no veía hace milenios. Fue un saludo incómodo y un par de palabras de cortesía, hice el amague de seguir caminando y y me dijo: "Oye! estás demasiado flaco, la cagaste, pero no en un mal sentido, te ves bien" a lo que contesté: "-sonidos raros que uno hace cuando se ríe con vergüenza- ¡gracias!" y mientras avancé los siguientes metros tratando de no tropezarme con la vereda inestable de la calle por la que iba (cosa que es una constante en mi, si me topo con alguien, en la caminada post despedida suelo tropezarme), me puse a pensar en lo extraño que era literal haber estado hace un par de segundos sintiéndome gordo cual Majin Boo y que hubiera tenido que venir alguien sin ninguna significancia en mi vida a decirme lo contrario para que yo me dejara de culpar...

lunes, 14 de agosto de 2017

Una Carta para Mi:


Hola.

¡Por fin llegó el momento! esta es la entrada a la que desde hace tanto le tenía miedo, significa el comienzo de un dúo o trío de entradas o "cartas" como en su momento se me ocurrió titularlas, y a su vez, significa también el primer paso de lo que espero cuando termine la última ya sea un camino recorrido, lleva casi dos meses en la planificación y han sido incontables las veces en las que me he pillado en la ducha, en la micro o caminando sin querer redactando inicios y cierres de párrafos que en este punto pese a encontrarlos brillantes, son del todo infructíferos, porque como no soy de "pre-escribir" ni anotar contenido en libretas y estas entradas son siempre un: siéntate-toma té-escribe-revisa-publica, si llego a acercarme a alguno de esos momentos en los que me sorprendí a mi mismo con un determinado hilo de ideas, no creo logre ser algo más allá de una reminiscencia.

Terminando la introducción más larga de la historia, debo decir que mi idea durante estos dos meses fue escribirla y subirla antes del jueves en la noche y así poder congelar las lineas en mis aún 25 años, pero como ya verán, si algo fue la tónica de esos ya viejos 365 días, es que las cosas para mi, no se iban a dar como en algún momento las pretendí...


"Una Carta para Mi: El cuento de mi cumpleaños pasado, el disco de mi banda favorita y 25 notas misceláneas"
(Spoiler Alert: No es una carta suicida, no es el inicio de una secuencia de cartas suicidas, no habrá cintas de cassettes involucradas, todos ya vimos 13 Reasons Why, así que no se imagine tonteras, además... jamás sería tan poco original).



Veinticinco Años: La cúspide del veinteañierismo, un cuarto de siglo y el inicio del declive a la curva de la vida con destino a los treinta, mis diagnósticos de ese 11 de agosto del 2016 jamás se lo hubieran podido imaginar, pues con franqueza, no creo que alguien que lo hubiera podido hacer. Siempre me he considerado un pesimista con una crónica tendencia al optimismo, cuestión que se refleja en el hecho de que a pesar de siempre mentalizarme para el peor escenario posible, muy en fondo guardo una reserva pequeña que se encarga de repetir que todo va a estar bien, hoy... y ya siendo 13 de agosto del 2017, me pongo a meditar sobre el asunto y he llegado a la firme conclusión que si a la primera fecha mencionada solo se hubiera encontrado el yo pesimista haciendo el diagnóstico y se hubiera desecho de la reserva que poseía, aún así hubiera errado, pues el límite de "lo peor" jamás tuvo en ese momento, la plausibilidad de caer tan bajo...