.




domingo, 19 de abril de 2015

Herpes

Hola.

Ayer estuve a punto de escribir y dios sabe lo agradecido que estoy de no haberlo hecho (hubiera sido de otro tema y en una muy mala condición emocional), este es de esos temas que desde el día en que me hice el blog siempre quise hablar, supongo que es algo por lo que todos hemos pasado -sufrido- y si bien ya no es tan importante para mi, probablemente por su naturaleza lo llegue a ser nuevamente en un futuro, esperemos que no eso si...

Todo empezó cuando hace un par de semanas estaba tirado en los pastos de la universidad comiendo galletones y tomando jugo en caja hablando de la vida, la ancianidad y el amor con una amiga que había terminado hace poco con su pololo (me reservo el nombre por dos razones: uno, es irrelevante, y dos, en caso de que gente del mundo real lo lea), y entre las muchas vueltas sobre el tema, listas de pros y contras de la soltería llegamos al clásico asunto de los "exes", y ahí fue cuando recordé las muchas veces que quise hablar sobre este asunto.


"HERPES"
(Spoiler Alert: No es literal, no tengo herpes)


Eran los años de la adolescencia y un amigo tenía otro amigo que estudiaba algo así como enfermería (tal vez era otra carrera, pero era de la salud), el asunto es que un día aleatorio de esos con cara de mañana y uniforme escolar llegó a nuestra semanal "conversación sexual" de los consejos de curso con un dato que según me acuerdo nadie conocía, resulta que su amigo estaba viendo Enfermedades de Transmisión Sexual - tema que nosotros habíamos visto hace poco en Desarrollo Personal - y había aprendido que el herpes, aparte de todo lo asqueroso y terrible, era una enfermedad que no tenía cura y que si bien se podía tratar, amortiguar, reducir y hasta eliminar todo rastro, siempre podía volver y de hecho... así siempre lo hacía. 

¿Qué importancia tiene esto? Bueno, años después, cuando todos entramos a la Universidad y yo empecé a sufrir mis primeras incursiones en el campo de la soltería ambivalente, mis amigos y yo mismo empezamos a notar la presencia de cierto tipo de personas en el mundo de los exes que revestían cualidades dignas de una mutación de los x-men:

- Fueron importantes en tu vida.
- Fue difícil cuando terminó la relación.
- Te costó mucho tiempo y varias películas superar el asunto. 

Pero ese no es el problema,  ése es el que viene después de pasadas todas esas etapas, cuando ya avanzaste varias páginas del libro y de hecho se están empezando a escribir nuevas lineas en un nuevo capítulo, porque cuando eso pasa, estos seres tienden a desarrollar un sentido arácnido digno de Peter Parker y de alguna u otra forma, se las arreglan para hacerse presente de nuevo en tu mundo, justo cuando pensaste haberlas erradicado vuelven... y ahí es cuando se transforman, en lo que nosotros llamamos: Herpes.

domingo, 5 de abril de 2015

Santiago

Hola.

Como siempre no se me ocurre una forma ingeniosa de como empezar a escribir esta entrada, así que lo hago explicando que no sé como. Estoy casi seguro que quería mucho escribir sobre otra cosa, pero ya no me puedo acordar de que era, y cuando traté, me di cuenta que tampoco quería saber... lo que significa que probablemente en algún momento me arrepentí de hacerlo.

Me he sentido muy odiador del mundo en esta semana y cuando pienso en el "por qué" se me ocurren tantas razones que me da lata, lo único que no he odiado de esta semana es el hecho de que por fin empiezo a sentir que estamos en otoño (no por el clima claramente, si ahora mismo estoy con el ventilador a medio metro de mi cuerpo y son las nueve!), el cielo en la tarde/noche es más bonito, la gente anda más tranquila y caminar de la biblioteca al paradero y las dos cuadras de la micro a mi casa en la noche cuando ya no anda nadie se siente mejor, con un poco de ese aire fresquito-depresivo que te hace andar más lento... no sé, al menos yo lo encuentro lindo.

"SANTIAGO"


Pensé que esta iba a ser una de las entradas que no iba a escribir jamás porque o se me iba a olvidar o se me iban a ir las ganas de hacerla, pero ayer salí a tomar con gente que no conocía (no a todos) y entre los muchos temas aleatorios que salieron después de un par de piscolas, este fue uno, entonces me acordé... y ahora, con mi cuerpo mejor, siendo domingo por la noche, estando en "otoño" y tomando tecito... me dije a mi mismo ¿por qué no?

Tengo que reconocer que nunca he sido muy fan de la ciudad, cuando era chico me tocó pasar mucho tiempo allá porque me enfermaba mucho y me había casi muerto -técnicamente más que "casi"- un par de veces, fueron años los que viví yendo todo el tiempo a clínicas y hospitales, llorando mucho porque odiaba los doctores y haciendo viajes eternos de la casa de mis tíos -en la granja- a donde quiera que haya sido el lugar donde íbamos. Una vez superada mi fase de niño-burbuja mi interacción con la ciudad se hizo casi mínima y consistía solo en estar ahí por media hora máximo para buscar algo que comer con mi mamá y tomar otro bus a la playa, norte, sur o donde quiera que fuera el destino. En la universidad las cosas cambiaron un poco, tener algo de dinero propio (gracias madrina, y tías), más "independencia" y unos cuantos conocidos o amigos con los mismos gustos musicales hizo que el mundo de los conciertos me hiciera querer salir de mi zona postal para ver en vivo las cosas que solo YouTube me permitia. Entonces en octubre de 2010, habiendo sido bendecido unas mil veces por mi mamá, tomé mi bolso, saqué un par de pasajes ida y vuelta y me fui por primera vez solo a enfrentar Santiago.