Hola.
Ayer estuve a punto de escribir y dios sabe lo agradecido que estoy de no haberlo hecho (hubiera sido de otro tema y en una muy mala condición emocional), este es de esos temas que desde el día en que me hice el blog siempre quise hablar, supongo que es algo por lo que todos hemos pasado -sufrido- y si bien ya no es tan importante para mi, probablemente por su naturaleza lo llegue a ser nuevamente en un futuro, esperemos que no eso si...
Todo empezó cuando hace un par de semanas estaba tirado en los pastos de la universidad comiendo galletones y tomando jugo en caja hablando de la vida, la ancianidad y el amor con una amiga que había terminado hace poco con su pololo (me reservo el nombre por dos razones: uno, es irrelevante, y dos, en caso de que gente del mundo real lo lea), y entre las muchas vueltas sobre el tema, listas de pros y contras de la soltería llegamos al clásico asunto de los "exes", y ahí fue cuando recordé las muchas veces que quise hablar sobre este asunto.
"HERPES"
(Spoiler Alert: No es literal, no tengo herpes)
Eran los años de la adolescencia y un amigo tenía otro amigo que estudiaba algo así como enfermería (tal vez era otra carrera, pero era de la salud), el asunto es que un día aleatorio de esos con cara de mañana y uniforme escolar llegó a nuestra semanal "conversación sexual" de los consejos de curso con un dato que según me acuerdo nadie conocía, resulta que su amigo estaba viendo Enfermedades de Transmisión Sexual - tema que nosotros habíamos visto hace poco en Desarrollo Personal - y había aprendido que el herpes, aparte de todo lo asqueroso y terrible, era una enfermedad que no tenía cura y que si bien se podía tratar, amortiguar, reducir y hasta eliminar todo rastro, siempre podía volver y de hecho... así siempre lo hacía.
¿Qué importancia tiene esto? Bueno, años después, cuando todos entramos a la Universidad y yo empecé a sufrir mis primeras incursiones en el campo de la soltería ambivalente, mis amigos y yo mismo empezamos a notar la presencia de cierto tipo de personas en el mundo de los exes que revestían cualidades dignas de una mutación de los x-men:
- Fueron importantes en tu vida.
- Fue difícil cuando terminó la relación.
- Te costó mucho tiempo y varias películas superar el asunto.
Pero ese no es el problema, ése es el que viene después de pasadas todas esas etapas, cuando ya avanzaste varias páginas del libro y de hecho se están empezando a escribir nuevas lineas en un nuevo capítulo, porque cuando eso pasa, estos seres tienden a desarrollar un sentido arácnido digno de Peter Parker y de alguna u otra forma, se las arreglan para hacerse presente de nuevo en tu mundo, justo cuando pensaste haberlas erradicado vuelven... y ahí es cuando se transforman, en lo que nosotros llamamos: Herpes.