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domingo, 27 de diciembre de 2015

Love, Actually...

Hola.

¡Créanlo o no (no sé porque digo esto si probablemente nadie se ha dado cuenta siquiera) he vuelto!  no sé por cuanto o si durará más allá de esta entrada, pero al menos en estos momentos estoy aquí.

Llevaba un tiempo queriendo escribir algo, pero ahora que soy un hombre -casi, casi- adulto, el no tener tiempo se ha vuelto una real excusa. En ese limbo estuve hasta que el 24 en la tarde, mientras moría de calor y yacía varado cual ballena azul en mi cama esperando que mi mamá hiciera todos los arreglos pre-navidad me puse a seguir con una de mis tradiciones más antiguas: Ver mi  película navideña favorita.


Un ensayo titulado:
"Porqué "Love, Actually" es la mejor película navideña de todos los tiempos".



Como todos sabemos, navidad es un periodo muy especial del año, ese en que las señoras velociraptor pierden la cordura comprando regalos,  los pavos viven en el temor de extinguirse y donde algunos poco afortunados, tenemos el suficiente tiempo como para descansar, hacer un poco de nada y desarrollar una que otra forma de costumbre navideña, algo que nos haga sentir ese "espíritu navideño" del que tanto hablan las tarjetitas de village todos los años. Para algunos es la comida, para otros los regalos, para mi mamá es el CD de Michael Bublé que a mi se me ocurrió descargar hacer un par de años y que me hacen poner absolutamente todos los 24 de diciembre aproximadamente a las once de la noche y bueno, para mi... para mi está en la televisión (como la mayoría de las cosas importantes en mi vida), específicamente en las películas y más específicamente en una.


Love Actually es una pseudo-comedia romántica del 2003 que cuenta la vida de muchas personas en historias que de alguna forma la trama hacer entrecruzarse casi llegando al final, pero que a lo largo de sus 130 (de los 135) minutos, te hace parecer como si cada una fuera un corto independiente, se sitúa en Londres y se desarrolla en el contexto del mes previo y llegada de la navidad.

Las historias en su base son todas simples: se tratan de amor (relaciones estables, relaciones trizadas, necesidad de amor, desapego,  indiferencia y la llegada súbita del mismo), donde viene la magia es en el desarrollo.... 
Me acuerdo de haber estado ese verano en mi casa, aburrido y sin nada que hacer (como siempre) cuando la vi por primera vez. Al principio no me llamó mucho la atención, pero la dejé porque no tenía nada mejor que hacer y porque resultaba que actuaba en ella uno de mis actores favoritos (Colin Firth), pasaron los minutos y nada nuevo, pasaron otros más y me empecé a quedar metido, resultó que si bien todo era esperado y muy poco ingenioso, a medida que iba avanzando la historia, ésta se tornó en algo muy real -muuuy real- al punto en que llegué a pensar que de hecho podía estar pasando, o al menos en que si yo estuviera en esa situación, lejos de las luces, los guiones disney y el maquillaje que hace a todos verse perfectos en todas las tomas, probablemente tomaría las mismas malas decisiones y lo pasaría igual o peor de mal... en ese punto, ya estaba perdido.

Avanzó otro poco la historia y yo ya como el fan número uno de lo que hasta hace poco me obligaba a odiar me sentía terriblemente mal, porque si bien a ratos me reía un poco con las historias livianas que interrumpían la tragedia, no podía dejar de pensar en lo factible de las otras en la que todo se estaba perdiendo (hablo específicamente de la historia de Colin Firth y la de los mejores amigos), en eso, la dirección se alejó de ellas y se puso en la principal, Un escenario bonito, chistoso y muy poco probable donde el soltero, joven y siempre presentable primer ministro de Inglaterra se enamora de su secretaria, allí, también entran en un momento de climax donde algo quiebra la linea y supone el termino de todo, entonces con ya menos tiempo en el contador de duración, empecé a sentir una mini-angustia porque me di cuenta que ya estando más cerca del fin que del medio, todas las historias (salvo la del colorín) quedaron -hasta ese punto- terminadas en lo que en el mundo real hubieran terminado: un triste, frío y poco delicado choque de frente con la pared de la realidad.

Y ahí estaba yo, con marzo a punto de llegar al calendario pero sintiéndome de lo más 24 de diciembre americano, con nieve, frío, mitones y la pena invernal más grande de la historia. Estuve a punto incluso de cambiar el canal, porque en ese punto ya sentía una mezcla de rabia y vergüenza ajena -propia- conmigo mismo, pero cuando estaba a punto de rendirme ocurrió un milagro y el justificativo del porqué Hollywood es Hollywood y las películas son solo películas. Los personajes recapacitaron sobre sus errores, las historias se empezaron a entre-cruzar por fin y poco a poco, acompañados de fondo con la canción que pondré al final de la entrada,  todo lo que parecía imposible estaba pasando... así que me dije a mi mismo: "Si Rodrigo, era una película".

No digo que sea la mejor/mejor película de la galaxia, ni que todos tengan que amarla, pero para mi lo fue, es y será porque logra llegar a todos esos puntos que para mi siempre ha tenido la navidad: un poco de tragedia, un montón de estupideces, su cuota aceptable de tristeza y esa chispa final que te dice que con un poco de suerte y el karma a tu favor, los 24 de diciembre son días en las cosas que haz visto siempre como imposibles pueden dejar de serlo.

Finalizando la entrada tengo que admitir que  fue muy distinta a lo que últimamente había posteado, de hecho, mientras escribía me di cuenta que se parece más al tipo de publicaciones que ponía cuando recién empecé con el blog y fue gracioso.

Termino como siempre con la canción, lo adelanté en uno de los párrafos y claro, obviamente sería algo del soundtrack de la película, si bien yo soy "algo" fan de los Beach Boys, para esta entrada colocaré un cover que salió el año pasado cuando a la BBC se le ocurrió juntar a un millón de cantantes (entre ellos Florence) para que homenajearan un himno musical que me tuvo reproduciéndolo en repetición mucho tiempo.  Antes de irme quiero decir dos cosas, la primera, es que trataré con todas mis fuerzas para subir el mes de "octubre" antes de que termine el año y segundo, que en serio extrañaba darme el tiempo para escribir, empecé súper temprano con la idea, pero entre ver televisión y otras cosas muy poco importantes me quedé estancado, pero con la ayuda de una persona muy insistente y molestosa, me llegó el ánimo que me faltaba para hacerlo. En fin, me despido, ahora si que si...

Hasta cuando tenga que ser...


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