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domingo, 15 de febrero de 2015

Shivers

Hola.

Ayer estuve a punto de escribir, de hecho, creo que al menos unas tres veces abrí la página en blanco de blogger para empezar, pero después me arrepentí: Uno: porque no sabía si era buena o no la idea, y Dos: porque la entrada que escribí el año pasado para San Valentín es una de las más vistas por la gente anónima que ha entrado aquí -lo que supongo significará que no es "mala"- entonces no quería por efecto comparación sentirme mal por escribir ahora algo no tan interesante y menos pensado.

 Mi vida estas últimas dos semanas ha sido repulsivamente mala. No sé como es posible que con más de 15 años de sistema escolar en mi cuerpo (clases-vacaciones-clases-vacaciones...) aún no me pueda acostumbrar a hacer el cambio de switch en una forma que no me provoque ganas de aguantarme la respiración hasta ponerme azul y desaparecer, fracamente miserable. Bueno, en lo que corresponde a la entrada, no sabía de qué escribir, solo que en serio EN SERIO tenía muchas ganas de escribir (porque claro, nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes y todos esos mantras musicales). He pensado en muchas cosas, pero como nunca soy capaz de comprarme una libreta de notas siempre termino olvidándolas, entonces con lo poco que retuve, reformulé una idea.

 "Shivers"


Hoy el tema es corto, y es que entre tanto viaje en micro en los últimos días me di cuenta de algo que se fue repitiendo cada vez más al punto en que me llegó a dar risa. ¿Han notado ese "tiritón" de mini-epilepsia que nos da cuando pasamos por cosas que realmente nos gustan o desagradan?

A principios de la semana me tocó cruzar mi pueblo en micro y mientras pasaba las canciones de mi playlist, con la mirada fija en la ventana evitando así todo contacto humano posible para no hacer caer a otro ser en la desgracia de compartir ese rostro matutino infeliz de quien tiene que existir antes de las doce en un día de febrero caí en un trance, esos que suelen ocurrir en el transporte público y te llevan a donde probablemente no pensabas volver... en ese viaje llegué a un día de colegio, aprox. 5º o 6º básico cuando estaba de moda hacer comics o la gente que dibujaba y recordé en que algún momento de mi existir yo también lo quise intentar, tenía un amigo con el que en los recreos sacábamos hojas de cuaderno, ocupábamos todos los colores de lápiz pasta posibles y hacíamos historias tontas, el dibujaba viñetas y textos y yo los personajes... y amigos - SPOILER ALERT!- yo jamas he podido siquiera dibujar una persona de palo sin que me quede horrible. Bueno, como si todo eso no fuera suficientemente avergonzante, recordé que en mi mente infantil yo pensaba que lo hacía estupendo, me tomaba tiempos arreglando "detalles" y los guardábamos, decía que los íbamos a llevar a un diario que estaba cerca del instituto e íbamos a hacer que lo publicaran (si, claro que si) y ahí, en ese preciso momento en que me visualizaba a mi hablando con gente de mi colegio fue que lo sentí... esa reacción corporal de rechazo en forma de epilepsia que le decía a mi cerebro que por el bien de la poca dignidad que me queda, ojalá nadie más que yo pudiera recordarlo.


Así, pasa con muchas otras cosas, como cuando te acuerdas que le dijiste a alguien que lo querías y ahora piensas que jamás la volviste a ver, ya no sabes lo que hace... o peor, cuando la vuelves a ver. Cuando alguna vez dijiste las mentiras más estúpidas del universo, esas que ni un niño de dos años fanático de Adventure Time te creería, cuando te caíste en frente de media facultad en un invierno por ir caminando lleno de hojas con cara de "no saludo a nadie" y cosas así... todas disparadas por una situación de extrema inercia sobre una micro mientras escuchas algún tema. Entonces me dije: ¿por qué pasa eso? porque si dios creó el alzhaimer como un mal y la súper memoria como un don, no iba a poder crear un término intermedio en que todas estas cosas altamente humillantes y vergonzosas pudieran olvidarse a corto plazo. ¿Por qué no podía acordarme de toda la materia que hasta 15 minutos estaba leyendo pero si podía recordar con gran claridad cuando en primer año de universidad el profesor de Derecho Político explicaba una situación posible y nadie entendía y yo dije "es como cuando pasa... en caso cerrado" y él muy feliz dijo "si, es como cuando... hace..." y vio mi cara incomodidad, entonces me dijo: "¿se refiere a caso cerrado del cable (ColdCase), cierto?" y yo solo me quise enterrar en la cerámica -risas-, entonces la siguiente pregunta fue obvia... ¿esto solo pasa con las cosas malas?

¡Y LA RESPUESTA ES NO! Si son hombres los que leen probablemente sabrán que el 90% de las veces que hacemos pipí después de llevar un rato considerable aguantando, justo antes de terminar el cuerpo reacciona igual, como si una mini-epilepsia feliz nos invadiera dando las gracias. En lo personal, me pasa  cuando escucho una canción reaaaaaaalmente buena, pero muy buena, en que se escuchan bien los instrumentos o cuando veo programas de talento (si, si ¿de qué me las doy? ni yo lo sé...), y alguien canta extremadamente bien -generalmente en The Voice- o va cantando y yo  pienso "ojalá hiciera esto ahora" y lo hace! manda una super nota y ocurre, la combustión espontánea de temblar porque algo es demasiado bueno para controlarte y te provoca ganas de levantar las manos como si estuvieras a la mitad de un sacrificio maya.

Finalmente puede suceder en muchas otras situaciones, cuando sales de una prueba en la que te fue bien, cuando vas a entrar en una que te va pésimo, cuando la gente se declara, cuando das el primer beso, alguien te dice algo completamente inesperado, raspan un sartén con un cubierto o mueven una mesa sin levantarla... el ciclo es eterno. Lo sé, lo sé, el tema no tiene nada de importante o trascendente, no estoy hablando de la inflación mundial o problemas políticos, pero a lo largo de estos días de intensos flashbacks encontré entretenido el hecho de pensar que aún contra nuestra voluntad el cuerpo es capaz de avisarnos cuando algo está saliendo bien, mal o si es demasiado incómodo como para soportarlo. 

Finalizo la entrada de hoy diciendo que tengo muchas ganas de volver, volver como era antes, más seguido y de una forma más consistente, y si bien mi nuevo horario poco y nada me deja a mi arbitrio voy a auto-comprometerme a ocupar la tarde/noche o día completo de libertad para llenar de párrafos este espacio, porque en serio se hecha de menos, incluso para poner cosas tan tontas como la de hoy día.

Me despido con la canción de la entrada, que ésta vez tendrá NADA que ver con el tema, pero que en serio no podía dejar de ponerla, porque de hecho... gran parte de las ganas de volver a escribir están ocasionadas porque entre las vacaciones y las semanas pre-tragedia que viví en mi pueblo descubrí muchas cosas: Series, películas, libros, comidas, objetos random y obvio... música. Mucha y muy distinta, cosa que en serio me agrada, entonces encuentro que publicándola podría ocurrir el milagro que algún ser algún día la vea y quiera escucharla y tal vez, solo tal vez... le guste, hecho por el que me sentiría muy contento, ya que yo siempre soy muy feliz cuando me recomiendan cosas que después me gustan. En fin, me gustaría saber si a alguna persona le gustaría que volviera a subir entradas con "favoritos del mes", como lo hacía antes, que tal vez no podría ser "del mes" pero sería de algún periodo corto de tiempo... yo sé que me gustaría volver a hacerlo, pero en verdad me da mucha lata pensar en que a lo mejor a nadie le interesaría y en ese caso, preferiría pasar... como sea, sé que es pedir mucho decir que escribieran porque con el tiempo he notado que el favs de twitter, puntuación o cosas anónimas es la única forma en la que sé que verdaderos seres humanos son los que leen esto y no sé, háganlo saber de alguna forma. Con eso si que me despido.

Hasta cuando tenga que ser...



PS: La banda se llama "Royal Blood" el disco (homónimo) igual y en serio, en serio que lo recomiendo, siento que hace mucho tiempo que no se escuchaba algo así y bueno... incluso el vídeo es aplaudiblemente bueno.

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