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martes, 19 de julio de 2016

Adherencia

Hola.


Advertencia: Es probable que esta entrada jamás vea la luz del día, si lo hace, puede que no tenga ningún sentido y supongo que en el fondo, esa es la idea, porque este es uno de esos momentos en que el blog está siendo usado para su motivo original: ser el escape a las malas decisiones que se toman cuando uno no tiene en que poner la cabeza en malos momentos. Están advertidos.


"El problema de la adherencia"


Son las 13:15 del  lunes 18 de Julio del 2016 y por primera vez desde  mi  ya histórica -por tiempo, no por relevancia-, entrada de odio del 2014, siento esa impulsividad de dejar plasmado algo en alguna parte por miedo a que de no hacerlo, termine generando combustión espontánea y explote dejando un radio de victimas y radioactividad visible desde el espacio.

¿El motivo? La adherencia.

En mi carrera, la adherencia es aquella característica o circunstancia que determina la regulación que se le va a aplicar a ciertos bienes que pese a no ser de la calidad en que se les considerará, se le aplicarán las mismas reglas por en los hechos, no poder fácilmente separárseles de lo principal. Así, las edificaciones y plantaciones permanentemente adheridas al piso, se considerarán "inmuebles", carácter del que es titular la tierra o suelo en donde se encuentran "adheridas".

Me acuerdo que cuando tuve el ramo en donde vi la materia, esa fue una de las que más me llamó la atención, no sé si era el hecho de que la palabra me sonara graciosa, el que inconscientemente todo el mundo (estudiante de derecho o estudiante de cocinero)  lo sabría o le habría encontrado por la logística del punto, o que simplemente me gustaba la idea que dos cosas por estar siempre juntas, en algún momento se miren como una sola... la razón de esa curiosidad es algo que hasta el día de hoy no recuerdo.


¿Qué es lo que me pasa a mi? bueno, sucede que pese a la opinión popular, yo soy una persona -y no una cosa-, entonces este efecto no me pega de la misma forma en que lo haría si fuera un arbolito de duraznos en un campito de mi región. En general, las personas también sufrimos de adherencia, pero lo hacemos en infinitos niveles y tiempos de los que pocas veces nos damos cuenta.

Adherencia Básica: Aquella que pocas veces se nota como "adherencia" pues es algo casi innato a ti, es la que suele venir de la familia, el lugar donde naciste o el contexto social en que te criaste. Es la forma primaria en que ves es mundo porque hasta empoderarte -¡dios!, siento que jamás voy a superar mi odio por esa palabra- de tu libre albedrío, no conoces otro. ¿Cuando se vuelve notorio que eso es adherencia? la respuesta es fácil: cuando cambias.

Adherencia Media o Social: Esta es la que se crea y la primera que se siente como tal, es la que tomas de la gente por la que voluntariamente te rodeas, amigos, compañeros no-odiados, conocidos simpatizantes y en general, por aquellos con los que pasas tu tiempo libre. Ejemplos de este tipo de adherencia son los modismos, esa palabra clave o códigos que naturalmente se forma con quienes nos agradan, los gustos comunes o formas de analizar una situación. Por regla general -y cuando es de manera sana- se tiende a ubicar en el punto medio de lo que eres tu y son los otros.

Adherencia Avanzada o Romántica/Ideal: Aquí puse un slash y no un "o" puesto que son dos cosas distintas, la ideal, es aquella que se adhiere por admiración o proyección del querer ser, en este nivel estan los por mi llamados "ellismos" -que pueden ser buenos o malos, no juzgo el fondo-, que son las características que tomamos de otros porque encontramos hacen a esas personas interesantes y en el fondo, nos gustaría haber desarrollado de forma autónoma. La romántica por otro lado es que tomamos de quien queremos para estar con nosotros. Aquí, se encuentran en sus primeros niveles los "detalles" como saber que si van a comer a un local cerdo y te toca a ti ordenar la comida, la bebida que tienes que pedir es coca-cola light, que su completo le gusta con mayonesa casera y de preferencia con más de dos lineas, el hecho de que le guste más un lado de la cama que el otro a la hora de dormir o que cuando te dice que tiene frío en verdad te está pidiendo un abrazo o quiere que le tomes la mano. En sus niveles avanzados, se presenta en cosas notorias al resto, y encuentras a esas parejas que hablan exactamente igual, las que de la nada llegan al mismo lugar con colores combinados o que ya rayando en la cosmicidad, se empiezan a "físicamente" parecer -créanme... existen-

Pseudo-Adherencia o Adherencia por Rebote: Esta -y lo que diré es absolutamente mi opinión- es la que causa problemas, o en la realidad de hoy ya 19 de Julio de 2016, me está causando problemas a mi.. Cuando hablo y la califico de "pseudo" me refiero al hecho de que en el fondo, no es algo que cree un hábito, costumbre, ni se vuelva permanente, pero es algo que de alguna forma se te "adhiere" y por un tiempo indeterminado, logra cambiar el status-quo en que se encontraba tu mente y corazón al momento de su ocurrencia.

La semana pasada me tocó ir a Santiago por solo un día, tenía mi -tan mucho más importante para el resto que para mi- trámite de abrir carpeta en la corte suprema (traducción nerd: es pedir hora para ir a jurar y -tambores- Ser Abogado -más tambores-), tenía que ir solo porque con quien alguna vez lo planeé, por problemas mayores no pudo, cosa que de una extraña y egoísta manera, me hizo sentir mal, pero como era consiente de ese egoísmo, me guardé para mi. Uno o dos días antes del viaje me habló mi mejor amiga, a quien también le tocaba viajar en esa fecha para que coordináramos, cosa que terminó sucediendo, llegué, hice lo mio, me junté con ella y pasé un día que podría catalogarse (hasta casi el final... -spoilers-) como de los mejores de este año. Ya casi al final del mismo y habiendo noventa y nueve por ciento superado el hecho de que el inicio de ese viaje había sido algo triste escuché una conversación... y amigos, allí inició la adherencia.

Terminó el día, llegó el siguiente y fue como una página en blanco. El viaje había sido bueno, el día eterno y yo estaba lo suficientemente cansado para dormir unas tres vidas seguidas, aún así... sentía que algo no estaba bien conmigo, algunas de las cosas que escuché y que en principio no me llamaron la atención más allá de lo que cualquier conversación que no me gusta haría, ahora me incomodaban, pero no sabía en que forma específica. Ese día jueves lo pasé casi en coma, me postré en mi cama y junto con el dolor físico, todo lo demás también se estaba yendo, eso, hasta que en la noche de jueves a viernes muy de la nada mientras trataba de dormir, algo de esa conversación me vino a la cabeza y ahora ya lo podía asociar con algo específico, entonces le dije a quien debía que quería hablar, no era nada malo, solo era conversar... y llegó el viernes.

Foto de una exposición
a la que fui ese día
en Stgo.
El viernes fue un día extraño. Algo se sentía extraño, sigo sin saber si fue que por fin me hizo el click la conversación que escuché o fue que por -de nuevo- fuerza mayor, no podía tenerla hasta al menos la semana siguiente, pero algo había. Ese viernes me tocó interrogar, por lo que toda mi tarde se fue en preguntar y corregir. Llegó la noche y tenía un panorama -uno al que le tenía cero fe- y antes de eso, tenía otra conversación pendiente... conversación que si bien de cierto se relacionaba, no tenía nada que ver, contra todo pronóstico. La tuve y debo decir que ha sido lejos, de los momentos más valientes y horrorizadores de toda mi vida. Acto seguido, el panorama que encontraba letárgico sonaba como el nirvana y tras un par de whatsapp y un cambio fugaz de ropa estaba fuera. La noche fue bizarramente buena, consumí de casi todos los alcoholes posibles, comí hasta lo imposible, hablamos la vida, salimos, fracasó el plan principal de la noche y volvimos a seguir tomando y reírnos, a eso de las 7 de la mañana del ahora "sábado", estaba estacionado afuera de mi casa con quien ese día me llevó y por cosas de la vida, terminé teniendo exactamente la misma conversación que había tenido unas 10 horas atrás con otra persona, pero ahora con una diferencia, esta vez era cara a cara...

Llegué a mi casa, vomité la mitad de mis intestinos -sé que es un pésimo ejemplo, pero es la verdad y en casos así, encuentro que la omisión o idealización le quitan la credibilidad a la historia- y me puse a pensar en lo que había hecho, gracias a dios, el alcohol se encargo que no tuviera demasiado tiempo para ello. El otro día fue un borrón. Apenas podía creerlo todo, conté lo que había hecho y la respuesta fue tan plana que me hizo sentir como si hubiera sido nada, una vez más, no tuve tiempo suficiente de darle vueltas, uno, porque tenía de las peores resacas de la vida y dos, porque tenía que salir. Salí, volví, me quedé al frío mucho rato y después me quedé en un ciber silencio que hacía todo parecer peor. Contra todo pronóstico me invitaron a algo, pedí permiso y me dijeron que si. Salí y lo pasé bien, pero aquí me tocó de nuevo ser oyente de muchas cosas, y muchas de esas muchas (me encanta mi redundancia) me llegaron, y ahora fue peor, porque esta segunda adherencia se complementaba con la primera, la unió e hizo más fuerte. Ya no sé sentía tan pseudo o de rebote, se sintió real.

Así llegamos a hoy día, donde una mala ejecución táctica y un tal vez mal uso de palabras (o entendimiento mio de actitudes... acepto críticas), terminó en tensar dentro de mi lo que hasta el jueves pasado era un hilo que ni siquiera existía. El día fue horrible, desperté temprano por las puras, me cancelaron -por motivos in-enojables- una tutoría, me quedé sin comer sin razón (ya que había organizado mi día acorde a los horarios que tenía) y lo que pudo ser la salvación terminó siendo peor, llegué antes a donde tenía la segunda y terminé teniendo una conversación que cuando ya creía no se podía, me terminó haciendo sentir peor. Después de eso, todo se transformó en una bola de nieve, empecé a escribir esta entrada con una idea totalmente diferente, a quien interrogué se terminó quedando conmigo (situación que cualquier otro día hubiera amado, pues odio "hacer tiempo" pero hoy justo quería estar solo y morir), pasó algo entremedio y ocurrió una coincidencia digna de serie tragicómica, de esas que solo se asemejan a cuando alguien ya no puede más de muerto y la vida lo patea en el suelo. Fui a la última tutoría del día y me demoré como cien horas más de las que debería, así, un día que empezó sin razón alguna a las 9:30 de la mañana, lleno de cosas terribles e innecesarias, terminó conmigo a las 9:30 de la noche recién camino a mi casa, con ahora más compromisos -QUE NO DEBERÍA TENER- para lo que queda hasta el viernes y unas ganas de morir infinitas.

Ahora es 19 de Julio de 2016, son las 3:29 de la mañana y desde esa conversación de la 13:10 no he hablado nada más, desde que terminé la tutoría y llegué a saludar a mi mamá no he hablado con nadie, llegué y sin comer dormí hasta casi las 00:00, no he tenido contacto social con nadie más que las notificaciones de conversaciones en las que no me interesa o no tengo los ánimos de entrar y después de todo este tiempo escribiéndome a mi mismo, me doy cuenta que el concepto que alguna vez me gustó tanto y me hizo encontrar motivación en un ramo de una carrera que no me gustaba, hoy me tiene así, queriendo en lo posible ojalá nunca haberlo leído ni saber que existe.

Al parecer, al final del día la adherencia estaba más presente que en un simple caso de clases de derecho o en unas reglas de como se van a regular las construcciones de casas o siembras de zapallos. Así, y a la luz de la última semana de mi vida, al parecer la adherencia está en todas partes, las conversaciones propias, en las ajenas, lo que ves, sientes, escuchas o tocas, la adherencia está en "estar" cerca de algo, susceptible a que ese algo te haga entender algo que puede, en su momento ni siquiera sabías que debías entender.


Así termino una de las entradas más largas de mi blog, digna de haber sido publicada el 2014 cuando al parecer, no conocía el concepto de "sintetizar", resultó mucho mejor de lo que esperé, tal vez demasiado para mi propio bien -eso aún no lo sé-. Ahora me toca poner la canción y aquí el corazón se me divide, porque como un ser escéptico de la divinidad pero creyente de la cosmicidad, siento que si pongo la canción en la realidad escuché más mientras escribía esto, voy a terminar decretando esto de una forma en que no me gustaría terminara, por eso, elegiré una canción de la misma cantante (solo la escuché a ella) y que me haga más sentido con lo fue y quiero o siento que sea. Hasta cuando tenga que ser...




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