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domingo, 6 de septiembre de 2015

Julio

Hola.

No sé si es porque de a poco se empieza a acercar el verano, las poleras, shorts y sandías, pero cuando toca un día nubladito, con viento y frió (como hoy) dan ganas de aprovecharlo al máximo haciendo la mayor cantidad de nada en todas sus formas posibles, como tomar tecito, acostarse toda la tarde, ver series y escribir.

No ha pasado tanto desde la última vez que escribí y cuando abrí el escritorio fue otra cosa la que tenía en mente, pero me acordé que estaba muy atrasado con las que tenía pendiente, así que preferí ponerme al día y alcanzar rápido los meses que me faltan para así volver a la normalidad.

"JULIO"

Como podrán deducir si alguna vez leyeron entradas anteriores o al menos la de "Junio", este -el de Julio- fue el mes más terrible de toda mi existencia universitaria -y tal vez personal también-, por lo que la idea de darme un tiempo todos los días para pensar y escribir algo al respecto funcionó poco y nada, así que durante estos 31 días lo que hice fue solo numerar o escribir en aquellos que algo realmente importante pasara o cuando yo sintiera que quisiera hacerlo solo porque si. En fin...


Inicios de Julio:

- Como pronóstico de lo que vendría el mes partió con cambios y cosas nuevas, me afeité (no solo el bigote) como corresponde por primera vez en mi vida, con el dolor de mi alma - y el de mi guata flácida - tomé la decisión de dejar de ir a Body Combat porque simplemente ya no podía.
- Chile ganó la Copa América y en mi pueblo fue como si literalmente se hubiera acabado el mundo, llovía cerveza desde el techo de los pubs, la gente andaba en las calles, en la plaza no cabía un solo alfiler de más, me tomé mi peso en mojitos y micheladas, fuimos a comer pizza con la susana y a la vuelta a la casa siendo muy tarde aún había gente tocando bocinas y felices por todas partes, lo que se prolongó prácticamente hasta el otro día. No es que sea futbolero o me importe demasiado el tema, pero el hecho de la ocurrencia de ese milagro, muy en el fondo me dio esperanza.
- En otras cosas: hice mis primeras mandas reales, conmigo mismo, otros, mi perro y el mundo, me sentí más solo que nunca en la vida y ya no había casi nada que me pudiera hacer pensar en otra cosa.

Mediados de Julio:

- El 13 (que gran número...) se sortearon las comisiones, hubo gente que se arrepintió de darlo, que corrió y prefirió darlo en enero, con mi grupo de compañeros todos decidimos darlo igual, hubo miedo, pánico, un poco de llanto -literal, no irónico- en algunos y resignación en otros, conocimos nuestras fechas y con dos semanas por delante era oficial, ya no había vuelta atrás.
- Los días que vinieron fueron casi todos horribles, la gente solo te hablaba de morbosa, quería saber cuando y con quien te tocaba, a pesar de que podían verlo en el diario de la facultad, pero me imagino que gente como la que estudia lo que yo estudié, le gusta darse esos gustos sádicos de vez en cuando. Si no eran ellos eran los amigos, los cuales nunca lo hacían con mala intención, sino que con preocupación, lo que a veces resultaba siendo peor...
- Mi mejor amiga estuvo de cumpleaños y contra todo el instinto de supervivencia y egoísmo interior decidí ir, decidí tomar y pasarla bien un par de horitas a pesar de que fuera la semana antes de que empezara la temporada, quiero decir, los mejores amigos siempre son una excepción, ¿no?
- Fui a Santiago con mi mamá por un fin de semana, peleamos por todo, comimos la vida y dentro de mucha ropa para mi, compramos -me compró- el terno que sería o para mi celebración o para mi velorio el 31.

Finales de Julio:

- Los finales si bien suelen gustarle a la mayoría de las personas para mi son siempre algo amargo y bueno, esta no fue la excepción, me despedí de mi tutora (panchita <3), lejos la mejor de todos los tutores, la gente ya cambiaba las preguntas de cuando y con quien por los ánimos y esas detestables frases pseudo pilar sordianas de "te va a ir bien, yo lo sé... eres seco, ya no queda nada" y millares de etcéteras que no hacen nada más que alimentar el terror. 
- Así llegó el 27 y la semana más larga y corta de mi vida, partió horrible porque el primero de nuestro grupo de grado reprobó y si bien se lo tomó muy tranquilo, era triste igual para todos nosotros porque uno, sabíamos lo mucho que se había esforzado desde febrero con nosotros y dos, era la prueba de que a veces el resultado está más allá de lo que uno puede hacer y nos podía pasar lo mismo a nosotros. Empezaron las malas caras, los triunfos del segundo día (Héctor, Nacho y Oscar) y después todo se fue a negro porque casi literalmente nadie pasaba, el miércoles una persona, el jueves nadie y sorpresa... el viernes venía yo y era el primero.
- La gente siempre dice (y yo lo decía también) que el último día no iba a dormir porque simplemente no iba a poder, pero amigos, cuando uno está 5 meses en lo mismo, todos los días, todo el día (aunque sea solo en la mente como un cargo de consciencia) y el día anterior fuiste bombardeado por la depresión y masiva interrogación de una amiga (gracias chami <3), al llegar a la casa y leer dos ramos -de universidad- enteros en menos de 3 horas, el cuerpo ignora los nervios y uno cae en coma.
- El viernes empezó y el estado de iluminación jamás amaneció conmigo, repasaba caminando al baño, bañándome, secándome, cuando llegó mi mejor amiga a buscarme, mientras me vestía, en la micro y como si no fuera suficiente, me llamaron para decirme que lo habían adelantado media hora (ahora era a las 3 no a las tres y media), no comí nada, no sentía el frió, empezaron los llamados, los amigos que llegan a verte y unas ganas infinitas de que me llegara una bala loca. Tuve que entrar, me senté, saqué mis preguntas y el resto ya fue historia, sufrí, me compliqué en las tonteras más grandes con las que podía complicarme, fueron maricones, me hicieron sufrir porque si y fui brillante en lo que menos pensé que podía ser, una hora después, ya estaba aprobado, ya había hecho lo que se supone casi nadie hace y estaba fuera, fuera de la universidad, de la carrera y de todo lo que 5 años atrás me parecía asquerosamente imposible y eterno, porque amigos... había pasado.

Así termina Julio, un mes que no tuvo nada muy distinto, pero dentro de las cosas que tuvo, las tuvo mucho y en grande, fue un mes que quise mucho que llegara, que me ponía ansioso, temí y después quise que se demorara años en llegar. Fue monótono, terrible y un poco desesperanzador, pero llegó y pasó, no me morí y nadie más lo hizo, hubo pena, ataques de pánico, mejores amigos y un solo llanto tres días antes en el auto de mi mejor amiga a las 10 de la noche en una calle que no conocía. Fui feliz dentro de lo que podía y miserable de maneras inimaginables, al final... resultó que nada era tan terriblemente malo, ni obviament fácil o bueno.

Finalizo la entrada con la canción, la cual fue el mantra de mi último mes, como lo dije en la de Junio, ahora ya se bien que poner y es que durante ese mes conocí a Jamie xx, que es un dj/compositor/productor, que por fin lanzó una carrera y un disco, el cual es muy bueno, diverso y místicamente raro. Al principio me confundió mucho pero terminó por gustarme y bueno, la canción si bien es nada mi estilo cada vez que la escuchaba me calmaba mucho, lo que en ese tiempo era una cualidad casi más rara que un trébol de cuatro hojas, así que con ella me despido.

Hasta cuando tenga que ser...



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